¿Para qué adular?
Un hombre rico y un hombre pobre conversaban:
-Si yo te diera el veinte por ciento de todo el oro que poseo, ¿me adularías? -preguntó el rico.
-El reparto sería demasiado desigual para que tú merecieras mis cumplidos -contestó el pobre.
-¿Y si yo te diera la mitad de mi fortuna?
-Entonces seríamos iguales, ¿con qué fin adularte?
-¿Y si yo te lo diera todo?
-En ese caso, ¡no veo qué necesidad tendría de adularte!
FIN
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