Raúl Santos Garciátegui, oficial del ejército de Pancho Villa, recibió el encargo de elaborar una lista con las últimas voluntades expresadas por los condenados ante el pelotón de ejecución, instantes antes de morir. Su redacción final consigna entre paréntesis, después de cada petición, el número de veces que fue realizada, y constituye un variado muestrario de los caprichos, miedos y debilidades de la naturaleza humana, a saber:
Fumar un cigarrillo (132)
Tomar un último trago (204)
Ser escuchado en confesión por un sacerdote (78)
Ser ejecutado sentado (32)
Ser ejecutado de espaldas (17)
Rezar una oración (64)
Escuchar el himno nacional (12)
Cantar un corrido muy mentado (3)
Contemplar a una mujer desnuda (6)
Contemplar a una mujer (24)
Revelar un crimen cometido u otro acto vergonzante (8)
No recibir disparos en la cara (7)
Hacer llegar una misiva a esposa e hijos (41)
Hacer llegar una misiva a una mujer sin especificar (32, de los cuales 30 son coincidentes con los anteriores; no se extraen conclusiones)
Conocer los nombres de los soldados que componen el pelotón (9)
Estrechar sus manos (5)
Abrazarles uno a uno (3)
Bailar con el capitán al mando (1)
Dar él mismo las órdenes al pelotón de ejecución (1)
Fernando León de Aranoa
Aquí yacen dragones. Seix Barral, Biblioteca Breve.2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario